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¡Bienvenidos a nuestro blog, donde se fusiona el aprendizaje, el debate y la transformación en un espacio dedicado a una vida sencilla, sostenible y ecológica! 

Huracán María


Agradecemos a los fieles seguidores que nos han enviado mensajes con buenos deseos o diciéndonos que estamos en sus oraciones. Es emocionante que estén en solidaridad y en oración por nosotros. Aprovecho para contestar algunos mensajes privados que he recibido solicitándome información de la isla tras el paso de #María.

#PrayforPuertoRico

Datos de María:

Este año es el primero en más de un siglo que se registran 10 huracanes consecutivos en el Atlántico. La temporada ha traído a Franklin, Gert, Harvey, Irma, José, Katia, Lee, María, Nate y Ofelia. El 20 de septiembre de 2017 a las 6:15 am el ojo de María entró sobre Yabucoa en el sureste de nuestra isla con vientos sostenidos de 155 millas por hora (categoría 4). María cruzó por el centro de Puerto Rico y salió entre Arecibo e Isabela a la 1:00 pm con vientos sostenidos de 130-140 millas por hora. Nos informan que María ha sido el huracán más fuerte en azotar a Puerto Rico desde San Felipe II en 1928. El costo preliminar de los daños causados María se estima en los $20,000 millones.

Nuestra experiencia

La preparación para este huracán la tomamos bien en serio. Acabando de pasar cerca de la isla el huracán Irma y ver la destrucción que causó en las islas vecinas no escatimamos en gastos. Instalamos paneles de construcción para cubrir todas las ventanas, el techo de zinc se sujetó con tensores, se reforzó con tornillos, recogimos todas las plantas y los muebles exteriores. Seguimos las recomendaciones de guardar grandes cantidades de agua potable, llenar los tanques de gasolina, obtener comida enlatada, velas y otros artículos de primera necesidad.

Al ser inminente el paso del huracán decidimos pasarlo en casa de mis padres ya que mi casa es de madera. El servicio de electricidad y agua dejo de funcionar como a las 9:00 pm del martes. No quedamos en casa hasta las 6:00 am del miércoles. Después de desayunar caminamos hasta la casa de mis padres. Ya las ráfagas viento comenzaban a sentirse. .

Difícilmente olvidare las largas horas sometidos a la intensidad de las ráfagas de viento y a una cortina de lluvia que no disminuía. El rugir de las ráfagas del viento me causaba susto. El ruido al partirse los árboles nos hacía correr a las ventanas. Mirábamos constantemente para comprobar que el techo de mi casa no hubiese sido levantado. Para mantener la calma oraba y trataba de repetir en mi mente las promesas de protección que he aprendido en La Biblia. .

Era desesperante y estresante no tener servicio de comunicación telefónica o noticias por la radio para conocer la localización del huracán. Mi hijo constantemente me preguntaba: ¿Falta mucho? Miraba el reloj, era como si el tiempo estuviera detenido. Fueron doce horas de azote, cuando los vientos disminuyeron para nuestra área.

Nos atrevimos a salir para verificar mi hogar. El paisaje estaba totalmente cambiado, los árboles estaban sin hojas y el monte frente a mi casa parecía que se había quemado. Al bajar la cuesta que separa las casas podía distinguir la casa destrozada de un vecino. Casi me caigo bajando la cuesta a toda prisa. De lejos mi casa aparentaba estar bien pero quería abrir la puerta para comprobar que no estuviera inundada. Mi corazón se llenó de agradecimiento a Dios al percatarme que la casa estaba en perfectas condiciones. Solo un pino grande y muchos ganchos cayeron en el patio. El árbol guerrero quedó intacto.

Busque a mi nene y nos quedamos en la casa. Dormimos todos apretados en una sola cama. Aproximadamente a la 1:00 am reaparecieron unas ráfagas fuertísimas y la lluvia se intensificó. Entre dormido y despierto mi nene comentó: Viró para atrás.

El jueves, nosotros y los vecinos obstamos por la reconstrucción solidaria. Los grupos de personas con machete y sierra eléctrica en mano comenzaron a abrir camino. Mi hermano con el digger removió los árboles que bloqueaban las calles del barrio. Todo esto bajo una lluvia incesante. Nos sentamos empapados en el balcón a ver pasar los carros llenos de personas noveleriando y exponiéndose a las inclemencias del tiempo.

La radio que solo sintonizaba una estación nos informaba de la destrucción en el área oeste. Del área metropolitana no teníamos ninguna información. Los días subsiguientes se caracterizaron por la falta de comunicación, las filas en los bancos para obtener efectivo y en las gasolineras, los comercios cerrados, mucha lluvia, toque de queda, las noticias extraoficiales exageradas y creadoras del pánico colectivo.

Treinta y tres días más tarde...

Una amiga de Twitter me pide que le cuente como la estamos pasando después del huracán. Aún no tenemos servicio de agua o electricidad. El servicio de celular e Internet es intermitente.

En mi municipio los supermercados, colmados y restaurantes (que no fueron destruidos) están trabajando con horarios especiales. Los supermercados más pequeños están provistos de todos los productos que nuestra familia utiliza semanalmente. Los restaurantes están ofreciendo servicios pero con menús más limitados. Ya no estamos acostumbrando a leer los letreros en las cajas registradoras: "no ATH", "no hay lechuga" entre otros.

En cuanto a mi trabajo no se vio afectado. Laboro para la agencia publica que administra los refugios. Las pasadas cuatro semanas estuve administrando el refugio de mi municipio donde treinta y cinco personas permanecían debido a las pérdidas en sus hogares. Una experiencia inolvidable que pronto compartiré con ustedes.

En la isla continúan las filas interminables: por el hielo, para solicitar las ayudas de FEMA y entrega de provisiones. El agua embotellada es el artículo de primera necesidad más codiciado.

Para complacer a la persona que me solicitó fotos de los daños causados por el Huracán María en Cabo Rojo y el área oeste de nuestra isla les dejó varias tomas que me dejaron sin palabras y muestran la magnitud de la destrucción.

Hoy me llegó un mensaje pidiéndome que le informara sobre los servicios de agua y electricidad en la isla. En resumen, según los datos oficiales del gobierno el 73.65% de la isla cuenta con servicio de agua y solo el 18.00% con servicio de electricidad. Para más detalles puede visitar statusPR que actualizan los datos diariamente.

Sera un placer contestarle cualquier otra pregunta o comentario y continúen orando por la Isla del Encanto. ¡Hasta la próxima!

Un abrazo fuerte,

Carol y Efraín

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